Artículo de investigación
Ictus en pacientes geriátricos ingresados en una sala de cuidados intermedios de medicina
Stroke in geriatric patients admitted to the intermediate care of internal medicine
Rafael
Venegas Rodríguez1
https://orcid.org/0000-0001-5956-6672
Wilfredo
Hernández Pedroso1*
https://orcid.org/0000-0002-0545-2116
Daily Chacón
Montano1
https://orcid.org/0000-0002-9208-0874
Ricardo González
Mesana1
https://orcid.org/0000-0002-4892-0346
Raúl Santana
Sánchez1
https://orcid.org/0000-0002-8863-4088
Efraín Chibás
Ponce1
https://orcid.org/0000-0001-7680-2622
1Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto". La Habana, Cuba.
Autor para la correspondencia. Correo electrónico: ernestohs@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción: El conocimiento y control del paciente con ictus puede contribuir a mejorar
el pronóstico.
Objetivo: Caracterizar a los pacientes geriátricos con ictus, que ingresan en
la sala de cuidados intermedios de medicina.
Métodos: Se realizó un estudio observacional y transversal, en pacientes geriátricos
ingresados con ictus, en la sala de cuidados intermedios de medicina del Hospital
Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto". El universo fueron 680 pacientes
con el diagnóstico clínico e imagenológico de ictus. Se estudiaron
las variables: edad, sexo, formas clínicas, índices de NIHSS, antecedentes
patológicos personales, morbilidad, letalidad y el estado de dependencia.
Resultados:
Predominó la forma isquémica (94 %), la edad de 65 a 74 años
(40 %), el sexo masculino (61,5 %) y el índice de NIHSS menor de 20 puntos
(82,7 %). La hipertensión arterial, la enfermedad cerebrovascular previa
y la diabetes mellitus, fueron los antecedentes más frecuentes. La letalidad
fue del 10,0 % y la complicación más frecuente fue la bronconeumonía
(16,9 %). El 40 % presentó un estado de dependencia total.
Conclusiones:
Se caracterizaron por el predominio de la forma isquémica, del sexo
masculino, edad entre 70 y 79 años y la bronconeumonía como complicación.
El índice de NIHSS elevado se asoció a una evolución no satisfactoria
y aunque la letalidad en general no fue elevada, fue importante la presencia
del estado de dependencia total. Esto exige un trabajo de rehabilitación
importante para alcanzar una calidad de vida aceptable.
Palabras clave: accidente cerebrovascular; infarto cerebral; hemorragia cerebral; trastornos cerebrovasculares; anciano.
ABSTRACT
Introduction:
The knowledge and control of the stroke patient can contribute to improve the
prognosis.
Objective:
To characterize geriatric patients with stroke, who enter the intermediate care
unit of medicine.
Methods: an observational and cross-sectional study was carried out, in geriatric patients
admitted with stroke, in the medicine intermediate care room of the Hospital
Militar Central Dr. Luis Díaz Soto. The universe was 680 patients with
the clinical and imaging diagnosis of stroke. Variables studied were: age, sex,
clinical forms, NIHSS indexes, personal pathological history, morbidity, lethality,
and dependency status.
Results:
The ischemic form predominated (94%), the age from 65 to 74 years (40%), the
male sex (61.5%) and the NIHSS index less than 20 points (82.7%). High blood
pressure, previous cerebrovascular disease and diabetes mellitus were the most
frequent antecedents. The lethality was 10.0% and the most frequent complication
was bronchopneumonia (16.9%). 40% presented a state of total dependency.
Conclusions:
Patients were characterized by the predominance of the ischemic form, of the
male sex, age between 70 and 79 years, and bronchopneumonia as a complication.
The high NIHSS index was associated with an unsatisfactory evolution and although
the overall case fatality was not high, the presence of the state of total dependence
was important. This requires significant rehabilitation work to achieve an acceptable
quality of life.
Keys words: stroke; cerebral infarction; cerebral hemorrhage; cerebrovascular disorders; older.
Recibido:
25/11/2019
Aprobado: 19/05/2020
INTRODUCCIÓN
Se entiende por ictus, la aparición repentina de un déficit neurológico encefálico, focal, causado por una lesión vascular. En el mismo sentido, se utiliza el término enfermedad cerebrovascular (ECV), apoplejía o stroke en inglés. En el mundo, el ictus es la segunda causa de muerte más frecuente, en las personas mayores de 60 años y la quinta, en las de 15 a 59 años. Cada año 15 millones de personas sufren un ictus, aproximadamente 5 millones fallecen y 5 millones quedan permanentemente discapacitadas, con el consiguiente costo social y humano para las familias y la sociedad.(1) Es el problema neurológico con mayor impacto epidemiológico y ocupa el tercer lugar como causa de muerte en el mundo occidental, además con una notable incapacidad física y laboral.(2)
Su incidencia aumenta con la edad, lo cual unido al envejecimiento poblacional, hace más notoria la presencia de esta enfermedad y de su magnitud, medida en términos de discapacidad y costos de salud, lo cual representa un gran reto para el sistema sanitario. Los avances en el diagnóstico y tratamiento, han ofrecido nuevas y prometedoras posibilidades de un mejor pronóstico.(3,4)
En Cuba, la ECV constituye la tercera causa de muerte, después de los tumores malignos y la enfermedad cardiovascular, con una tasa de mortalidad de 72,8 por 100 000 habitantes en el año 2000. Ascendió progresivamente, para alcanzar en el 2017 el 88,1 por 100 000 habitantes. Se ha reportado una tendencia a la elevación de la mortalidad en edades más tempranas de la vida.(5)
La atención de los pacientes con ictus, es asumida en la sala de cuidados intermedios de medicina (UCIM), excepto quienes requieran de soporte vital, como ventilación mecánica o monitoreo continuo. El incremento de los pacientes geriátricos ingresados por ictus, motivó a determinar las condiciones, formas clínicas y evolución de estos pacientes. Con esta investigación se pretende identificar aquellos aspectos, necesarios estudios ulteriores y alcanzar mejores resultados en la actividad asistencial.
Este trabajo se propuso caracterizar a los pacientes geriátricos diagnosticados con ictus, ingresados en la sala de cuidados intermedios de medicina.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo observacional, en los pacientes geriátricos ingresados en UCIM del Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto", durante el periodo comprendido desde enero del 2016 hasta enero del 2017. El universo estuvo representado por todos los pacientes en edad geriátrica (65 o más años de edad) con ictus que ingresaron en esta sala.
Las variables estudiadas fueron: edad, sexo, diagnóstico al ingreso, antecedentes patológicos, el índice de NIHSS (National Institutes of Health Stroke Scale),(6) el índice de Barthel,(7) la morbilidad, el estado al egreso y la letalidad.
Se aplicó al ingreso, el índice de NIHSS y al egreso, el índice de Barthel. Se evaluó la evolución a través de la letalidad, morbilidad y capacidad física intelectual a través del índice de Barthel. A los pacientes en quienes se sospechó clínicamente el diagnóstico de ictus, se les realizó una tomografía axial computarizada (TAC) no contrastada inicial, un dópler transcraneal y de los vasos del cuello.(8) Se utilizó la clasificación y los criterios diagnósticos de la ECV, mencionados en el Manual de protocolos y actuación en urgencias.(1)
Se evaluó la capacidad funcional según la calificación obtenida con el índice o escala de Barthel: dependencia total (0 a 20 puntos), dependencia severa (de 21 a 60), dependencia moderada (de 61 a 90), dependencia escasa (de 91 a 99) y la no dependencia o independencia (100 puntos).
Se utilizó como fuente de información la historia clínica y se creó una base de datos con la información correspondiente. Se emplearon como medidas de resumen para variables cualitativas la frecuencia absoluta y el porcentaje. Para evaluar la asociación entre variables cualitativas se aplicó el test X2 (chi cuadrado), con corrección de Yates o corrección por continuidad en caso de tabla de 2x2. Se aceptó un nivel de significación estadística menor de p < 0,05. Los resultados fueron expresados en tablas.
En el aspecto bioético declaramos que no se realizaron intervenciones en los pacientes estudiados. Se mantuvo la confidencialidad de los datos individuales obtenidos de las historias clínicas.
RESULTADOS
Se diagnosticaron 680 pacientes geriátricos con ictus, de un total de 1324 ingresados. La distribución de los pacientes con ECV según formas clínicas, las variables sexo, edad, antecedentes patológicos personales y valoración del índice NIHSS, se puede apreciar en la tabla 1.
En la clasificación de la ECV, se observó una frecuencia superior de la isquémica, con el 94 %. La aterotrombosis (44,4 %) fue el evento fisiopatológico más frecuente en este grupo. La ECV hemorrágica tuvo una frecuencia del 6 %.
El estado al egreso según el índice de NIHSS, se muestra en la tabla 2. Se observó que hubo 73 fallecidos, para una letalidad del 10,7 %. El 82,8 % tuvo un valor del índice de NIHSS menor de 20 puntos. La mayor letalidad correspondió a los pacientes con un índice de NIHSS igual o mayor de 20 puntos, con un 10 %. Estos valores fueron muy significativos (X2 =32,51; p = 0,001).
En la tabla 3 se muestran las complicaciones más frecuentes de la serie. Se destacó la bronconeumonía (16,9 %), la úlcera por presión (16,4 %), la sepsis urinaria (7,9 %) y la hipertensión endocraneana (3,5 %). Los pacientes con el índice de NIHSS mayor o igual de 20, mostraron la mayor frecuencia de, complicaciones, sin diferencias significativa (X2 = 1,750; p = 0,857).
La distribución de los pacientes según el grado de dependencia al egreso y la edad, se observa en la tabla 4.
Se identificaron 102 pacientes (16,5 %) con dependencia total y 356 pacientes (58,8 %) con algún tipo de dependencia. El 40,1 % (228 pacientes) tuvieron dependencia severa o total. El mayor por ciento tuvo dependencia severa con un 23,6 %. Sin dependencia fue observado en el 24,5 %. En los pacientes con edad de 75 a 84 años, se observó el mayor por ciento con dependencia total (26,2 %). El mayor por ciento sin dependencia, correspondió a edades de 65 a 74 años (40,7 %). Estos resultados mostraron significación estadística (X 2 = 49,95; p = 0,000).
DISCUSIÓN
El ictus es una urgencia neurológica, con una frecuencia elevada como causa de ingreso en las salas de atención al paciente grave, lo cual fue apreciado en este trabajo.(9) La forma clínica isquémica fue la más frecuente y dentro de esta, fue mayoritario el infarto cerebral aterotrombótico, lo cual coincide con otros estudios.(8,10)
La enfermedad arterial local ocurre aproximadamente en el 65 al 70 % de todos los infartos cerebrales focales y sirve de origen, a la formación de un trombo con o sin subsecuente embolización distal. La ateroesclerosis es la causa más común de esta lesión local en las arterias mayores que perfunden el encéfalo.(11)
La elevación de la frecuencia del ictus según la edad, ha sido reportada por otros investigadores.(12,13) Hubo un predominio del grupo de edad de 65 a 74 años y disminuyó con edades mayores, lo cual coincide con Sodhi y otros.(14) Se aprecia el mayor por ciento perteneciente al sexo masculino, al igual que Tripathy.(15) Rundek y otros(16) reportaron diferencias en la asociación del sexo y la aterosclerosis subclínica, factor predisponente de los eventos cerebrovasculares, según el estado socioeconómico de la población estudiada.
La hipertensión arterial (HTA), el antecedente de ictus previo y la diabetes mellitus, fueron los antecedentes patológicos más frecuentes referidos por los pacientes estudiados. Dávila(17) menciona la elevada frecuencia de HTA y diabetes mellitus en pacientes ancianos. Algunos de estos antecedentes son reconocidos como factores de riesgo de lesión vascular arterioesclerótica.(9,10,11) Los "4 jinetes de la apocalipsis" en el ictus son: la HTA, el hábito de fumar, la diabetes mellitus y el colesterol elevado. El control de ellos, ha demostrado reducción en la frecuencia del ictus.(18) Se han señalado además, otros factores, como los ataques isquémicos transitorios previos, la obesidad y la vida sedentaria.(19,20)
El más significativo es la HTA, cuya relación causa-efecto está reportada.(21) La HTA actúa como un factor de riesgo independiente en la arteriosclerosis avanzada y aumenta su efecto perjudicial cuando se asocia a otros factores de riesgo. La diabetes mellitus, especialmente la del tipo 2, se asocia a disfunción endotelial, representada por la disminución de la vaso relajación, dependiente del endotelio, incremento de la permeabilidad vascular, así como de la adhesión leucocito endotelial y una porducción alterada de sustancias vaso activas.(22)
Hay trastornos cardiacos predisponentes del infarto cerebral, como la fibrilación auricular y el infarto reciente del miocardio. Otros mencionados son los anticonceptivos orales, la terapia de remplazo hormonal y aunque raros, los estados de hipercoagulación.(23)
Algunos factores de riesgo, no pueden ser modificados (edad avanzada, sexo masculino, y factores hereditarios), pero otros sí. Esto justifica la aplicación de acciones que mejoren el control de estas afecciones.(18, 24,25) La reducción de la mortalidad por ictus en los EE.UU., se atribuyó a un mejor control de la HTA.(26)
La letalidad precoz varía según la causa del ictus:(8) isquémico (8 - 5 %), mayor en la cardioembolia, hemorragia intracraneal (48 - 82 %); hemorragia subaracnoidea (42 - 46 %). Es apreciable que el ictus hemorrágico se relaciona con una letalidad mayor.(27)
El índice de NIHSS pronostica e indica la gravedad del ictus. Evalúa el estado neurológico (función motora, lenguaje y nivel de conciencia) por puntos y una puntuación elevada, refleja mayor gravedad del déficit y de la posibilidad de muerte.(10) Esto no es apreciable en las primeras horas después del inicio de los síntomas, ni en la afectación del territorio vertebro basilar.(28) El mayor por ciento tuvo un índice menor de 20 puntos y se asoció a la menor mortalidad La combinación de la tomografía computarizada con angiografía y el resultado de la escala de NIHSS, mejoran la predicción en estos pacientes.(29)
Las complicaciones infecciosas fueron las más frecuentes, principalmente la bronconeumonía. Las no infecciosas identificadas fueron: úlcera por presión e hipertensión endocraneana, lo cual coincide con lo reportado por Pozo y otros.(30)
Lovesio(6) informó que las infecciones pulmonares fueron reconocidas en el 12 - 31 % de los pacientes hospitalizados con ictus, similar a los resultados expuestos. Estos pacientes tienen alto riesgo de neumonía por aspiración, por la dificultad para deglutir.(31)
Aproximadamente la mitad de las muertes en el ictus, son atribuibles a causa médicas, como neumonía o sepsis de otra localización. La otra mitad, a complicaciones neurológicas (edema cerebral o nuevo infarto cerebral).(8) El edema cerebral en los ictus isquémicos, tiende a aparecer entre el tercer y el quinto días después del debut. En los infartos extensos, se requiere intervención médica, para reducir el edema cerebral y la presión endocraneana; así se previene la herniación encefálica, principal causa de muerte en estos pacientes.(32) Las causas más frecuentes de hipertensión endocraneana son: edema cerebral, resangrado, hidrocefalia aguda o crisis convulsivas.(32)
El ictus es una de las afecciones que se asocia a discapacidad en la población adulta. La aplicación del índice de Barthel permite calificar el grado de dependencia o capacidad funcional al egreso y el pronóstico de estos pacientes.(30,33) Es importante evaluar las condiciones de dependencia, para informar a sus familiares, significar la importancia de la rehabilitación y la ayuda que debería recibir.(26) La simple evaluación de bañarse y vestirse, puede predecir el pronóstico de independencia.(34) En este estudio, el 40 % aproximadamente de los 607 pacientes evaluados, tuvieron un grado de dependencia calificado de total o severo, asociado al incremento de la edad. Uno de cada 8 sobrevivientes, no son capaces de vivir de forma independiente, aún después de 10 años de vida después del evento cerebrovascular.(12)
Se concluye que los pacientes con ictus ingresados en UCIM se caracterizaron por el predominio de la forma isquémica, mayor frecuencia del sexo masculino y del grupo de edad entre 65 y 74 años. Aunque la mortalidad en general no fue elevada, el estado de dependencia total fue relevante.
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Conflictos de intereses
Los autores declaran no tener conflictos de intereses en relación al presente artículo.
Contribuciones de los autores
Rafael
Venegas Rodríguez: redactó el análisis y discusión de
los resultados.
Wilfredo Hernández
Pedroso: contribución sustancial a la concepción y diseño
del trabajo.
Daily Chacón
Montano: contribuyó a la revisión y redacción del trabajo.
Ricardo González
Mesana: asumió el trabajo estadístico de los resultados.
Raúl Santana
Sánchez: organizó la base de datos con las variables seleccionadas.
Efraín Chibás
Ponce: revisó y recopiló la bibliografía actualizada.
Todos los autores, individualmente se hacen responsables del artículo presentado.
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