Artículo de investigación
Caracterización clínica y epidemiológica de pacientes con la COVID-19
Clinical and epidemiological characterization of patients with COVID-19
Yayquier
Diaz Morales1* https://orcid.org/0000-0003-3913-3284
Evelyn
Tejeda Castañeda1
https://orcid.org/0000-0001-7292-0090
Ernesto
Gilberto Díaz Padrón1
https://orcid.org/0000-0001-9474-9650
Wilian
Santiago Lopez1
https://orcid.org/0000-0001-5873-5761
Augusto
Oyarzabal Guerra1
https://orcid.org/0000-0002-4055-5823
Néstor
Antonio Calderón Medina1
https://orcid.org/0000-0003-1744-1577
1Hospital Militar "Comandante Manuel Fajarlo Rivero". Villa Clara, Cuba.
*Autor para la correspondencia. Correo electrónico: yayquierdm@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción:
El virus SARS-CoV-2 es transmisible entre humanos y ha causado una pandemia.
Objetivo: Caracterizar clínica y epidemiológicamente a pacientes con la COVID-19.
Métodos: Estudio descriptivo, entre marzo y mayo del 2020, de 187 pacientes confirmados
para el SARS-CoV-2, por la prueba de reacción en cadena de la polimerasa
en tiempo real. Las variables descritas fueron: edad, sexo, comorbilidades,
estado al egreso e ingreso en la sala de cuidados intensivos, confirmación
de la causa directa de muerte y la letalidad; además se exploraron correlaciones
entre estas variables.
Resultados: Prevaleció el sexo femenino con 54,5 % y el grupo de edad entre 18 a 59
años (52,4 %), la edad media fue superior a los 40 años. El 91,9 %
de los pacientes egresaron vivos y el 88,4 % no requirió cuidados intensivos.
La letalidad fue de 6,9 %. Hubo correlación estadísticamente significativa
entre el estado al egreso fallecido y la estadía en cuidados intensivos,
hipertensión arterial, otras comorbilidades y tener 60 o más años.
Conclusiones: Predominaron los pacientes con síntomas y signos clínicos, en quienes
no fue necesario el ingreso en la UCI, se observó mayor incidencia en el
sexo femenino y entre los 18 y 59 años para ambos sexos. Todos los fallecidos
menores de 60 fueron del sexo masculino. Hubo correlación fuerte entre
el estado al egreso fallecido, con la estadía en cuidados intensivos, HTA,
otras comorbilidades, y tener 60 y más años.
Palabras clave: COVID‑19; epidemiología, COVID-19; SARS-CoV-2; ancianos, COVID-19.
ABSTRACT
Introduction:
The SARS-CoV-2 virus is transmissible between humans and has caused a pandemic.
Objective:
To characterize clinically and epidemiologically patients with COVID-19.
Methods:
Descriptive study, between March and May 2020, of 187 patients confirmed for
SARS-CoV-2, by the real-time polymerase chain reaction test. The variables described
were: age, sex, comorbidities, state at discharge and admission to the intensive
care ward, confirmation of the direct cause of death and fatality; in addition,
correlations between these variables were explored.
Results:
The female sex prevailed with 54.5% and the age group between 18 to 59 years
(52.4%), the mean age was higher than 40 years. 91.9% of the patients were discharged
alive and 88.4% did not require intensive care. The fatality was 6.9%. There
was a statistically significant correlation between the state at the deceased
discharge and the stay in intensive care, arterial hypertension, other comorbidities
and being 60 years of age or older.
Conclusions:
Patients with clinical symptoms and signs predominated, in whom admission to
the ICU was not necessary, a higher incidence was observed in females and between
18 and 59 years for both sexes. All the deceased under the age of 60 were male.
There was a strong correlation between the deceased discharge status, with the
stay in intensive care, HBP, other comorbidities, and being 60 years old and
over.
Keywords: COVID‑19; epidemiology, COVID-19; SARS-CoV-2; elderly, COVID-19.
Recibido: 25/06/2020
Aprobado: 29/01/2021
INTRODUCCIÓN
La enfermedad por coronavirus (COVID-19) se comunicó por primera vez en China, en diciembre de 2019 y en poco más de 5 meses se ha extendido a 185 países.(1) La evolución de esta pandemia, en términos de incidencia, mortalidad y velocidad de expansión, es heterogénea, con diferencias entre países e incluso entre regiones del mismo país. Varios estudios muestran diferencias en la presentación clínica y en la gravedad de la enfermedad, y que la mortalidad es mayor en las personas de más edad.(2,3) A diferencia de los adultos infectados, la mayoría de los niños enfermos, parecen tener un curso clínico menos grave y con mejor pronóstico.(4,5)
La mortalidad de la COVID-19 es mayor que la reportada en las últimas influenzas estacionales, dada su alta infectividad y gran cantidad de pacientes afectados.(1) El virus del SARS-CoV-2 se replica de forma eficiente en el tracto respiratorio superior y tiene características epidemiológicas diferentes de los coronavirus humanos convencionales, causantes de muchos de los resfriados comunes, que aparecen en las temporadas de invierno. El inicio de sus síntomas es más lento, por lo que las personas infectadas tienen un período de incubación más prolongado, mientras permanecen asintomáticas, mantienen su movilidad y sus actividades habituales, lo cual contribuye a la propagación de la infección.(6,7)
La condición resultante, la COVID-19, ha tenido un efecto social comparable solo a la epidemia de gripe española de 1918. A medida que el flujo de la ciencia clínica ha informado sobre las características de la enfermedad, se indaga sobre qué individuos y grupos padezcan las complicaciones más graves.
Los investigadores han enfatizado la edad avanzada, el sexo masculino, la hipertensión, la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares concomitantes (incluidas la enfermedad de las arterias coronarias y la insuficiencia cardíaca) y las lesiones miocárdicas, como factores de riesgo importantes, asociados con peores resultados; específicamente las tasas de mortalidad varían.(6,7,8)
La mayoría de los reportes se han obtenido de China y Europa.(1,2,3,5,6) La experiencia de Cuba aún se estudia. El objetivo de esta investigación es caracterizar clínica y epidemiológicamente a los pacientes con la COVID-19.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo en el Hospital Militar "Comandante Manuel Fajardo Rivero", en una serie de 187 pacientes, de cualquier edad, hospitalizados, con diagnóstico confirmado de la COVID-19 (mediante la prueba de reacción en cadena de la transcriptasa inversa - polimerasa en tiempo real para el SARS-CoV-2), en el periodo de marzo de 2020 a mayo del 2020.
Las variables de estudio fueron: sexo (masculino y femenino); edad (menor de 18, 18 a 59 y 60 y más); comorbilidades: diabetes mellitus (DM), hipertensión arterial (HTA) y ambas combinadas; requerir o no ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI); estadía en la UCI (hasta 48 horas, 3 a 15 días y más de 15 días); estado al egreso (vivo y fallecido); confirmación o no de la causa directa de muerte por la COVID-19 y la letalidad.
La información fue obtenida desde las historias clínicas de los pacientes ingresados. Se describen las frecuencias absolutas y relativas de las variables. Para explorar la correlación, se utilizó el coeficiente de correlación de Spearman (r) y su nivel de significación. Si p < 0,05 se consideró estadísticamente significativa.
Desde el punto de vista ético, los datos fueron tratados de manera confidencial y la información recogida se empleó solo para los fines declarados.
RESULTADOS
En la tabla 1 se observa que en el estudio predominaron las mujeres, con un 54,5 % y los pacientes con edad entre 18 a 59 años (52,4 %). La edad mínima fue de 5 meses y la máxima de 100 años, con media entre los hombres de 40,81 años y en las mujeres 42,9 años.
En la tabla 2 se observa la prevalencia de la HTA y la DM, según edad de los pacientes, agrupada en los menores de 60 años y con 60 años y más. El 15,5 % de los casos, estaban diagnosticados previamente con HTA, el 5,9 % con antecedentes de DM y el 3,2 % con ambas enfermedades. En el grupo de 60 años y más se encontraron cifras superiores al 80 %.
El 2,1 % de los menores de 60 años, requirió ingreso en la UCI y el 39,13 % de los pacientes de 60 años y más. La figura 1 representa la estadía en la UCI. Los pacientes se clasificaron según el tiempo de permanencia en este servicio, desde horas (menos de 48) hasta más de 15 días. La estadía hospitalaria entre 2 y 15 días fue la más frecuente, con 21,74 % en los de 60 años y más. Los 3 menores de 60 años que requirieron cuidados intensivos, uno (0,79 %) de ellos permaneció menos de 48 horas, uno hasta 15 días y otro más de 15 días.
En la tabla 3 se muestra el estado al egreso, según edad y sexo. El 91,9 % de los pacientes, egresaron vivos y falleció el 8 % (15). En 2 pacientes no fue la COVID-19 la causa directa de muerte. La letalidad fue de 6,9 %. Entre los fallecidos, 11 pertenecen al grupo mayor de 60 años, para un 5,8 %. En los fallecidos menores de 60 años, todos fueron del sexo masculino, mientras que en los de 60 años y más, predominó el sexo femenino con el 63,4 %. El 58,8 % de los fallecidos fueron mujeres.
En la tabla 4 se resumen las variables con correlación significativa, el paciente con estadía en UCI y egresar fallecido, presentó correlación positiva fuerte (coeficiente = 0,764). Tener otras comorbilidades y antecedente diagnóstico de HTA, tuvo un valor del coeficiente de correlación de 0,86. Pertenecer al grupo de edad de 60 años y más tuvo relación positiva moderada con la estadía en la UCI, HTA y otras comorbilidades. La relación con el estado al egreso fallecido fue la de menor valor del coeficiente con 0,426. Todas estas correlaciones resultaron significativas, con valor p < 0,0001.
DISCUSIÓN
Entre los 187 casos de COVID-19 estudiados, la cuarta parte fueron menores de 18 años. Históricamente, los niños han sido poblaciones vulnerables durante pandemias, como la gripe H1N1. La evidencia emergente sugiere que los niños tienen tasas más bajas de infección por SARS-CoV-2 y tienden a experimentar formar menos graves.(4,5)
Los estudios realizados, señalan tasas más bajas de enfermedad sintomática en niños, al compararlos con los adultos (73 % frente a 93 %).(5,9) Los investigadores explican que es posible que el receptor del virus no esté en la misma configuración en niños que en adultos. También aseveran que los sistemas inmunes inmaduros, pueden no tener una respuesta tan fuerte o grave a la infección por SARS-CoV-2 como los adultos.
Ludvigsson(9) en una revisión identificó 45 estudios relevantes sobre la COVID-19 en niños, sus hallazgos clave fueron que el curso de la enfermedad en edad pediátrica fue más leve que en adultos, los niños tuvieron un mejor pronóstico y las muertes fueron extremadamente raras. La razón de esta diferencia entre niños y adultos sigue siendo difícil de dilucidar en su generalidad. Se ha sugerido la correlación entre la gravedad de la enfermedad y la carga viral (o la duración del período de eliminación del virus). Los niños pueden tener menos carga de virus.
Los datos mostraron que los pacientes con la COVID-19 en edad pediátrica, tenían una enfermedad leve o asintomática, acompañada de neumonía en aproximadamente la mitad de los casos. Estas tendencias podrían sugerir que los niños tienen mecanismos específicos que regulan la interacción entre el sistema inmunitario y la maquinaria respiratoria, lo que podría contribuir a una enfermedad más leve.(6)
Los niños tienen una evolución clínica favorable, además no tienen enfermedades crónicas precedentes.
Al analizar el sexo, existió un predominio del sexo femenino, resultados diferentes a los informados. Varios estudios han reportado la mayoría de los casos de la COVID-19 entre hombres.(2,3) Garg y otros,(10) en una investigación efectuada en EE.UU., refieren que aproximadamente el 54 % de las hospitalizaciones asociadas con la COVID-19, ocurrieron en hombres y el 46 % en mujeres.
La evidencia disponible señala que los subgrupos de mayor riesgo, son los adultos mayores, del sexo masculino, con enfermedades de base, fundamentalmente HTA, DM, enfermedades del corazón y enfermedades crónicas pulmonares. Según lo reportado por Huang y otros,(11) en relación con los primeros casos de la COVID-19, en 41 pacientes, la edad media fue 49,0 ± 11,0 años, el 73 % eran del sexo masculino y menos de la mitad presentó DM (20 %), HTA (15 %) y otras enfermedades cardiovasculares (15 %).
Se confirmó que en pacientes con enfermedades asociadas, fue frecuente la presentación más grave de la enfermedad (38,7 % frente 21,0 %).(8) En otra investigación, Xie y otros,(12) en fallecidos por la COVID-19, encontraron predominio de pacientes del sexo masculino (75,0 %), con una edad media de 70 ± 8,0 años y el 74,4 % presentaban una o más enfermedades de base. La HTA (50,0 %), la DM (25,0 %) y la cardiopatía isquémica (18,5 %) fueron las más frecuentes.(13)
Debido a que "las infecciones virales como la influenza pueden desestabilizar y empeorar las afecciones cardíacas", es probable que este virus también tenga un efecto, con una gravedad variable en los individuos, particularmente cuando se indica que el 40 % de los pacientes con el SARS-CoV-2, tienen problemas cardiovasculares subyacentes. Estos pacientes tienen alto riesgo de tener complicaciones y morir.(7)
En este estudio se observó que entre la población menor de 60 años, solo fallecieron 2 enfermos y ambos eran hipertensos. Este reporte coincide con los informes publicados, los cuales reflejan que la mayoría de quienes fallecen tienen una edad promedio de 56 años, gran parte padecen otras enfermedades (cardíacas, accidente cerebrovascular, diabetes, etc.), que pudieron haberlos hecho más vulnerables al virus. Además, a medida que evoluciona la pandemia, existen cada vez más pruebas de que el sistema cardiovascular desempeña un rol en el curso de la enfermedad.(5,14)
Según refieren Lithander y otros,(15) en una de las series de casos más grandes publicadas hasta ahora, de 72 314 casos reportados por el centro chino para el control y prevención de enfermedades, la mortalidad fue de 8,0 % (312 de 3 918) en pacientes de 70 a 79 años y de 14,8 % en pacientes de ≥ 80 años (208 de 1 408) .
Bermejo y otros(16) opinan que tener 70 años o más y haber acumulado durante años daño en el endotelio, por ejemplo, por una hipertensión, puede tener un impacto en el riesgo de no responder bien a la infección. El porqué está en que el endotelio vascular es el órgano que señaliza a los leucocitos, cuando está dañado, este complejo proceso se reorganiza y origina que la respuesta a la infección sea patológica. A ello se suma la respuesta inflamatoria a la infección de una persona, cuyo sistema inmune no está funcionando bien y le impide controlar el virus. Otro argumento novedoso, es que algunos estudios apuntan a que el virus es capaz de infectar a las células endoteliales.(1,12)
Los autores opinan, debido a que la enfermedad es nueva, se necesita una vigilancia continua, con informes precisos de las características de los pacientes de varios países, para comprender mejor la epidemiología global de la COVID-19.
Se concluye que existió un predominio de pacientes con síntomas y signos clínicos, en quienes no fue necesario el ingreso en la UCI, se observó mayor incidencia en el sexo femenino y entre los 18 y 59 años para ambos sexos. Todos los fallecidos menores de 60 fueron del sexo masculino. Hubo correlación fuerte entre el estado al egreso fallecido, con la estadía en cuidados intensivos, HTA, otras comorbilidades, y tener 60 y más años.
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Conflictos de intereses
Los autores plantean que no tienen conflictos de intereses.
Contribuciones de los autores
Yayquier
Díaz Morales: conceptualización. Investigación, participó
en la interpretación de los resultados y en la redacción.
Evelyn
Tejeda Castañeda: análisis formal. Redacción-borrador original.
Realizó el procesamiento estadístico.
Ernesto
Gilberto Díaz Padrón:análisis formal. Redacción-borrador
original.
Wilian
Santiago López: participó en el diseño y redacción del
trabajo.
Augusto
Oyarzabal Guerra: participó en el diseño y redacción del
trabajo.
Néstor
Antonio Calderón Medina: participó en el diseño y redacción
del trabajo.
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