Consideraciones didácticas para evaluar el aprendizaje de las habilidades clínicas en Propedéutica clínica

ARTÍCULO DE REVISIÓN

 

Consideraciones didácticas para evaluar el aprendizaje de las habilidades clínicas en Propedéutica clínica

 

Didactic considerations to evaluate the learning of clinical skills in Clinical Propaedeutic

 

 

Ana Beatriz Nates Reyes1

 

1Universidad de Ciencias Médicas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

Introducción: Evaluar el desarrollo cognitivo y procedimental del estudiante en la ejecución de las habilidades clínicas, es objetivo de la Propedéutica clínica. La mayoría de los estudiantes tienen dificultades al ejecutar estas habilidades, insuficiencias que se relacionan con la poca frecuencia que son evaluadas en la práctica y la preparación didáctica de los profesores asistenciales para realizar una evaluación sistemática.
Objetivo: Profundizar en el estudio de la evaluación como proceso, a partir del análisis actualizado de los elementos que la componen.
Métodos: Se realizó una revisión de documentos académicos que orientan la enseñanza en Propedéutica clínica y búsqueda en internet mediante Google académico con las siguientes palabras clave y sus combinaciones: evaluación, evaluación del aprendizaje, habilidades clínicas, formación médica, didáctica y propedéutica clínica.
Desarrollo: La evaluación como proceso se manifiesta consustancial a la enseñanza, la acompaña, se pone al servicio de esta y valida la formación profesional que se desea. Para lograr el desarrollo de las habilidades clínicas en los estudiantes, los profesores deben apropiarse de conocimientos y herramientas didácticas que le permitan ejecutar un proceso evaluativo objetivo, coherente, sistemático, participativo y desarrollador, en las condiciones pedagógicas en que se produce la formación del médico.
Conclusiones: Alcanzar calidad en la evaluación, demanda de la preparación didáctica de los profesores asistenciales, para que desde una concepción integradora puedan utilizarla en sus funciones formativa educativa y reguladora del proceso de enseñanza.

Palabras clave: evaluación; evaluación del aprendizaje; habilidades clínicas; formación médica; didáctica; propedéutica clínica.


ABSTRACT

Introduction: To evaluate the cognitive and procedural development of the student in the execution of the clinical skills, is the objective of the clinical Propaedeutics. The majority of students have difficulty in executing these skills, inadequacies that are related to the infrequency that are evaluated in practice and the didactic preparation of the teaching assistants to perform a systematic evaluation.
Objective: To deepen the study of evaluation as a process, based on the updated analysis of the elements that comprise it.
Methods: A review was made of academic documents that guide teaching in clinical Propaedeutics and Internet search using Google academic with the following keywords and their combinations: evaluation, evaluation of learning, clinical skills, medical training, didactic and clinical propaedeutics.
Development: Evaluation as a process is manifested in the teaching, accompanies it, puts itself at the service of it and validates the professional training that is desired. To achieve the development of clinical skills in students, lecturers must own themselves knowledge and teaching tools that allow them to execute an objective, coherent, systematic, participatory and developing evaluation process, under the pedagogical conditions in which the physician's training takes place.
Conclusions: To achieve quality in the evaluation, demand for the didactic preparation of the lecturers in health care, so that from an integrating conception they can use it in their educational and regulatory training functions of the teaching process.

Keywords: evaluation; learning assessment; clinical skills; medical training; didactic, clinical propaedeutics.


 

 

INTRODUCCIÓN

La búsqueda de la excelencia en el desempeño de los profesionales de la salud, es una exigencia de la educación médica. Esto demanda de preparación pedagógica de todos los profesores y agentes educativos que participan en el proceso de formación de estos profesionales.

Enseñar al estudiante las habilidades clínicas, es uno de los objetivos del proceso docente educativo en la asignatura Propedéutica clínica, labor que se desarrolla fundamentalmente en las actividades de educación en el trabajo, como forma principal de enseñanza práctica que caracteriza a las ciencias médicas. Estudios realizados sobre esta temática, evidencian que la mayoría de los estudiantes de tercer año tienen dificultades fundamentalmente en la ejecución de las habilidades clínicas al interrogar y examinar al enfermo.(1,2) Estas insuficiencias se relacionan con la poca sistematicidad en la evaluación de estas habilidades. La preparación de los agentes educativos para realizar esta actividad, en las condiciones actuales de formación médica y los documentos académicos de la asignatura, enuncian la ejecución de la evaluación, solo al finalizar la asignatura, a través de un examen práctico donde prevalece el criterio individual de cada profesor desde su especialidad.

Evaluar el nivel de desarrollo cognitivo y procedimental que alcanza el estudiante en la ejecución de estas habilidades, es parte esencial del proceso de enseñanza en esta asignatura. Requiere preparar a los profesores asistenciales en los aspectos didácticos que le permitan ejecutar un proceso evaluativo objetivo, válido, coherente, sistemático, participativo y desarrollador y que a la vez responda a las exigencias que la sociedad demanda de la formación de este profesional.

En la evaluación, la interrelación dialéctica de los elementos que la componen, garantiza la función formativa educativa de esta en la formación profesional. Su análisis contribuye a la preparación del claustro, en este caso específico, para evaluar las habilidades clínicas en la asignatura Propedéutica clínica. En el contexto actual de formación del médico, es necesaria la investigación teórica de la evaluación como categoría didáctica que acompaña y regula el proceso de enseñanza y aprendizaje.

El estudio de los documentos que rigen el proceso de enseñanza, evidencia que en el programa y en las indicaciones metodológicas de la asignatura Propedéutica clínica, se enuncia la enseñanza de las habilidades clínicas. Sin embargo, no se definen los aspectos didácticos que los profesores asistenciales y agentes educativos deben tener en cuenta, para evaluar el desarrollo de estas habilidades en los estudiantes de tercer año, en las actividades de enseñanza práctica que se desarrollan en esta asignatura.

Con el propósito de profundizar en el estudio de la evaluación como proceso, a partir del análisis de los elementos que la componen, se realizó una revisión de documentos académicos que orientan la enseñanza en Propedéutica clínica y búsqueda en internet mediante Google académico. Las palabras clave utilizadas fueron: evaluación, evaluación del aprendizaje, habilidades clínicas, formación médica, didáctica y propedéutica clínica. Se dio preferencia a artículos publicadas en los últimos 10 años.

 

DESARROLLO

Desde la didáctica, es en el proceso docente educativo donde se lleva a vías de hecho la enseñanza y educación a partir de la determinación, sistematización y desarrollo de acciones conjuntas profesor estudiante grupo, dadas por los roles y relaciones que establecen en el contexto social de la actividad pedagógica. En él se concretan objetivos, contenidos, métodos, medios, formas de enseñanza y evaluación de los conocimientos, habilidades, hábitos, así como la formación de cualidades y valores en los estudiantes.

Algunos autores señalan que el propósito fundamental de este proceso es la transformación cualitativa de la personalidad del estudiante, en respuesta a las exigencias sociales.Valoran en toda su dimensión a la enseñanza práctica, en los procesos formativos de las ciencias médicas, aspecto medular y sello característico de la escuela médica cubana.(3,4,5)

Parte del contenido de la asignatura Propedéutica clínica, es la enseñanza práctica de las habilidades clínicas. Estas habilidades se forman y desarrollan en el estudiante, a partir de la interacción con el objeto de estudio, el individuo enfermo. Integra hábitos y conocimientos que han de convertirse en herramientas, métodos de trabajo, para enfrentar y resolver los problemas que se presentan en la práctica médica diaria.

Las habilidades son estructuras psicológicas que están formadas por acciones y operaciones cuya ejecución lógica, posibilita la realización exitosa de la actividad. Es en la habilidad donde se materializa la vinculación teoría y práctica. En ella se sustenta la aplicación práctica de los conocimientos teóricos y estos constituyen una premisa para el desarrollo de la habilidad en el estudiante.(6,7)

La enseñanza práctica de las habilidades clínicas, se concreta en la educación en el trabajo. Esta es una forma de actividad práctica, en la cual el estudiante (sujeto del proceso), en estrecho vínculo con el profesor y el grupo, interactúa con el objeto de aprendizaje (el enfermo). El estudiante reconstruye el conocimiento previo, desarrolla habilidades y valores que le permiten el ejercicio de la profesión, conforme a las exigencias del perfil del egresado y las demandas de la sociedad.(8,9)

Parte importante de este proceso lo constituye la evaluación del aprendizaje. Concretar en ella los propósitos de la enseñanza y educación, contribuye al desarrollo integral del estudiante. Promueve la independencia, creatividad y rasgos humanísticos necesarios para el futuro desempeño profesional.

Evaluar el desarrollo de las habilidades clínicas, en el contexto actual de formación del médico, constituye uno de los problemas más importantes en el quehacer pedagógico actual. Entre otras causas, se debe al incremento paulatino de la cantidad de estudiantes en los escenarios docentes asistenciales (salas de hospitalización); la disminución de recursos (camas pacientes) para la ejercitación y evaluación de estas habilidades en las actividades de enseñanza práctica. Además, la escasa preparación didáctica de los profesores asistenciales para desarrollar el proceso evaluativo en estas condiciones.

Dar solución a esta problemática, requiere reflexionar sobre aspectos tan importantes como: ¿Qué concepción se tiene de evaluación del aprendizaje? ¿Cómo evaluar las habilidades clínicas en el contexto actual de formación del médico? ¿Qué aspectos didácticos se deben tener en cuenta para evaluar las habilidades clínicas en los estudiantes de medicina?

Cambiar prácticas evaluativas tan tradicionalistas, que se consideran naturales pero cuestionables en la actualidad, es fundamento para profundizar en la conceptualización de la evaluación del aprendizaje como categoría didáctica y en el análisis de los elementos que la componen.

La evaluación es definida como un proceso, en el cual juega un papel fundamental el profesor. Tiene funciones instructivas y educativas, cuya finalidad es la obtención de información representativa del estado de desarrollo del proceso, especialmente referida al aprendizaje individual y grupal de los estudiantes. Estas evidencias se someten a la interpretación y comprensión de la realidad, para emitir juicios de valor que conducen a la toma de decisiones y de reorientación, cuyo propósito esencial es el mejoramiento de la calidad de la educación.(10,11)

La evaluación se fundamenta en acciones evaluativas diseñadas con criterios científico pedagógicos, lo cual supone la determinación de ¿Qué se evalúa?, ¿Cómo se evalúa? y ¿Cuándo se evalúa?(12) Pérez González(13) considera la evaluación como una actividad cuyo objetivo es la valoración del proceso y los resultados del aprendizaje de los estudiantes. Tiene el propósito fundamental de orientar y regular la enseñanza, para el logro de las finalidades de la formación.

También se plantea que la evaluación es un proceso regulador, holístico y personológico, que influye en el desarrollo de la personalidad del estudiante, potencia la independencia, la metacognición, las relaciones interpersonales, la reflexión, la responsabilidad y la práctica creativa. Además permite valorar cuantitativa y cualitativamente sus cambios, como vía para el crecimiento individual y grupal.(14)

En el análisis de estas definiciones, se evidencian limitaciones en su conceptualización. Están dadas en la reducción del proceso evaluativo a la comprobación o control, sin tener en cuenta el carácter multifuncional de la evaluación en el proceso de enseñanza.

No siempre se revela la necesidad de conocer las potencialidades o dificultades del estudiante para aprender, ni tampoco la importancia de su participación consciente y activa en la evaluación. Tampoco la toma de decisiones colectivas, para mejorar la enseñanza y el propio proceso evaluativo, en el cual se aprecia cierto predominio del papel del profesor. Esto se debe, entre otras causas, al rol de dirigente y máximo responsable de la enseñanza y educación. Esta visión, limita el reconocimiento de la significación social y personal que deben tener profesores y estudiantes, sobre de la evaluación del aprendizaje, en el proceso de formación profesional.

Una definición más abarcadora, es la que expone Condes Fernández,(15) quien precisa que es un proceso sistémico y sistemático de obtención de datos válidos y fiables, en relación con su efectividad, pertinencia, eficiencia y relevancia. Se expresa en la adopción de estrategias reguladoras, en función de la mejora del proceso docente educativo y la propia evaluación, como parte de un proceso participativo de corresponsabilidad y compromiso compartido, centrado en el estudiante.

Conocer los progresos o retrocesos del estudiante, requiere evaluar su desarrollo con periodicidad, condición que caracteriza la sistematicidad del proceso evaluativo. La valoración constante del desarrollo, implica reconocer las potencialidades o dificultades para aprender y las estrategias que emplea para adquirir el conocimiento, además de concretar acciones que permitan perfeccionar la enseñanza y el propio proceso evaluativo.

Un aspecto significativo en la evaluación, es el relacionado con la validez y la fiabilidad. Estas determinan el carácter objetivo de la evaluación, que se expresa en la necesidad de valorar, no solo el nivel de desarrollo que alcanza el estudiante, sino también el desempeño del profesor y la calidad del propio proceso evaluativo.(16)

Asumir la evaluación como actividad, cuyo objetivo es la valoración del proceso y resultados del aprendizaje de los estudiantes, permite comprenderla en toda su magnitud y complejidad. Esto demanda atención especial durante el trabajo metodológico, en la preparación del claustro. Es una manera de evitar la improvisación y se puedan manifestar las funciones formativas educativas y reguladoras, durante todo el proceso de formación profesional.

La autora González Pérez,(13) considera la evaluación del aprendizaje, como una actividad en la que se establece una interrelación entre: la finalidad o propósitos del proceso evaluativo; el objetivo; los métodos; las técnicas o procedimientos; las condiciones y momentos en los que se desarrolla la evaluación; y la participación activa de evaluador y evaluado en esta actividad.

Determinar el "para qué" evaluar, hace de la evaluación un proceso multifuncional donde la función formativa es la más importante. Esta orienta y conduce el proceso docente educativo, establece acciones dirigidas a valorar con sistematicidad, el nivel de desarrollo que alcanza el estudiante a partir de un diagnóstico inicial. En él se deben valorar las características personológicas, intereses, motivaciones y la significatividad que concede a la enseñanza y a la propia valoración de sus saberes. Además, favorece la retroalimentación del profesor para perfeccionar la enseñanza y la evaluación. También la de los estudiantes, en función de determinar estrategias para mejorar su desempeño profesional en la práctica.

Con independencia de los efectos negativos y las contradicciones que se pueden generar entre evaluador y evaluado en el proceso evaluativo, la importancia de esta actividad radica en su función formativa. Favorece el desarrollo integral y crecimiento personal del estudiante, la valoración del profesor en su desempeño como guía de la enseñanza y educación y la determinación de acciones didácticas para perfeccionar el proceso de enseñanza y la evaluación como actividad. La evaluación se manifiesta como consustancial al proceso, al cual acompaña, se pone al servicio de este y valida la formación que se desea.

El objetivo de la evaluación del aprendizaje, es otro aspecto importante en este proceso. Se asume que debe orientarse a la valoración del desarrollo que alcanza el estudiante, a partir de determinar el nivel de conocimientos y habilidades que posee. Para que sea eficiente, debe tener implícita la necesidad de conocer los avances o retrocesos y las potencialidades o dificultades para aprender. Incluye la determinación de los estilos o estrategias de estudio, intereses, necesidades y motivaciones por el aprendizaje de las habilidades clínicas, además de determinar los criterios e indicadores a evaluar durante la ejecución de estas.

Las premisas que garantizan la calidad del proceso evaluativo y el futuro desempeño profesional son: preparar al estudiante para la evaluación, promover la participación activa de todos los agentes educativos que intervienen en el proceso evaluativo y desarrollar otras formas de evaluación (autoevaluación, coevaluación) en las actividades de educación en el trabajo.(17)

Un aspecto medular es cómo se va a realizar la evaluación del aprendizaje. Concebirla desde la definición de sus fines o propósitos, funciones, objeto y participantes, ya expresa el cómo del proceso evaluativo.

Para la evaluación de las habilidades clínicas, la participación de los agentes educativos (especialistas no docentes, residentes y estudiantes en práctica pre profesional) en las actividades de enseñanza práctica, y la combinación de las diferentes formas de evaluación, son condicionantes que permiten valorar el desarrollo individual y grupal de los estudiantes. Sus resultados evidencian la efectividad y eficiencia de este proceso, en la formación de los futuros profesionales.

Para que la evaluación cumpla sus funciones, resulta indispensable concebir cómo evaluar con la participación activa de los estudiantes. Que puedan ejecutar cada habilidad clínica con mayor independencia, logicidad y creatividad, favorecerá el desarrollo de la crítica y autocrítica acerca de su desempeño y el de los demás. La objetividad y fundamentación de sus análisis y la defensa de sus criterios contribuyen a la enseñanza, educación y al desarrollo. Al graduarse podrán cumplir con éxito, responsabilidad y seguridad las tareas profesionales.

Esta participación activa, permite desarrollar la autoevaluación, aspecto fundamental del proceso evaluativo. Es su elemento más personalizado en la valoración de los conocimientos, habilidades, modos de pensar, actuar y sentir de manera más auténtica, reflexiva y crítica. La autoevaluación permite al estudiante juzgar conscientemente su desarrollo y reflexionar sobre su actuación, le brinda confianza, genera compromiso con el cambio y permite decidir qué acciones o estrategias adoptar, para mejorar su aprendizaje si fuera necesario. Así contribuye a la regulación de la conducta y al auto perfeccionamiento.

Otra manera de manifestarse la participación activa del estudiante, durante las actividades evaluativas es la coevaluación. Es un procedimiento poco empleado, que permite la interacción recíproca entre los participantes en el proceso evaluativo, al promover el diálogo, el intercambio de criterios, la valoración crítica de las formas de actuar o de ejecutar una acción (habilidad). Además contribuye a la formación de cualidades y valores, en correspondencia con los patrones sociales y el ejercicio de la profesión.

Los elementos esenciales para determinar cómo evaluar son los siguientes: momentos en que se puede desarrollar la actividad evaluativa; las potencialidades de cada técnica, procedimiento o método a utilizar; las condiciones pedagógicas en las que se desarrolla el proceso; así como las concepciones que tienen profesores y estudiantes sobre la evaluación del aprendizaje.

Toda actividad de enseñanza práctica, constituye un momento propicio para valorar los avances o retrocesos de los estudiantes en los aspectos cognitivo, procedimental y afectivo valorativo al ejecutar las habilidades clínicas. Garantizar el tránsito hacia la independencia cognoscitiva, comienza desde la objetivación de la actividad evaluativa e implica, familiarizar al estudiante con el sistema evaluativo de estas habilidades en las asignaturas clínicas. Esto permite demostrar sus logros, reconocer deficiencias y determinar acciones para mejorar el desempeño, además autovalorar los cambios que se producen en sí mismo y se evidencian en su actuación.

La evaluación como proceso, se fundamenta en acciones sistémicas e integradoras, que contribuyen a un diagnóstico dinámico.(18) Seleccionar adecuadamente los métodos, procedimientos o instrumentos a utilizar en cada actividad evaluativa, y tener en cuenta que deben evidenciar los criterios o indicadores a evaluar, es una condición para valorar con sistematicidad los cambios cognitivos y procedimentales que se producen en los estudiantes. Estos cambios están en relación con la ejecución de las habilidades clínicas. Tienen identificada la significatividad e implicación de las técnicas de evaluación empleadas, en la formación de motivaciones, sentimientos, actitudes y valores en correspondencia con las exigencias sociales.

Un aspecto esencial en la evaluación del aprendizaje de las habilidades clínicas, es definir, desde la preparación metodológica de los profesores asistenciales, cómo se va a organizar, ejecutar y controlar el proceso evaluativo. Debe realizarse de manera que en las acciones que se determinen, se evidencie el carácter sistemático, participativo, desarrollador e integrador de la evaluación. Todo lo anterior debe incidir en la calidad del desarrollo de estas habilidades, en los estudiantes de tercer año.

Promover la reflexión consciente de aquellos, que de una u otra forma participan en el proceso docente educativo, y en particular de la evaluación del aprendizaje de las habilidades clínicas, conduce al perfeccionamiento de la práctica evaluativa, en la formación de los futuros profesionales médicos.

Las evaluaciones son necesarias, establecen metas presentes y permiten la proyección de acciones futuras. Aseguran mayor exigencia en la calidad del profesional que se forma, y alcanzar mayor excelencia académica. Necesariamente repercutirá en un incremento de la calidad de los servicios de salud y en la satisfacción de la población.(19,20)

Concebirla en su sentido más amplio, significa utilizarla en su función reguladora, pues permite conocer la calidad con que se alcanzan los objetivos propuestos y determinar acciones conjuntas profesor y estudiante, que admitan realizar las correcciones necesarias, en dependencia de los resultados que se obtengan.

Lograr el dominio de las habilidades clínicas, requiere de un redimensionamiento del proceso de enseñanza y en particular de la evaluación del aprendizaje. El propósito es que estimule la actividad cognoscitiva, al situar a los estudiantes como protagonistas del proceso. Debe tener en cuenta las potencialidades y dificultades para aprender.

Alcanzar calidad en la evaluación, demanda preparación didáctica de los profesores asistenciales. Desde una concepción integradora, pueden utilizarla en sus funciones formativas educativas y reguladoras del proceso de enseñanza. Esto permitirá conocer con sistematicidad la calidad con que se alcanzan los objetivos propuestos en la asignatura, en correspondencia con la formación profesional a la que se aspira. Además, ser una vía importante para valorar el desarrollo cognitivo y procedimental que alcanza el estudiante de medicina y determinar la eficiencia de la enseñanza y el aprendizaje de las habilidades clínicas.

 

Conflictos de interés

La autora plantea que no existen conflictos de interés relacionados con el presente artículo.

 

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Recibido: 07/11/2018
Aprobado: 21/02/2019

 

 

Ana Beatriz Nates Reyes. Universidad de Ciencias Médicas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. La Habana, Cuba.
Correo electrónico de la autora: natesanabeatriz@gmail.com

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